Pérgolas bioclimáticas: Heroínas de la arquitectura

Las pérgolas bioclimáticas son sistemas que está generando cada vez más adeptos. Un sistema que se instala en espacios exteriores para protegerse del sol, la lluvia, viento, frío o calor. Se pueden instalar en terrazas o el jardín, sin obras.

Te invitamos a saber más.

Un sistema novedoso de aluminio que muchos consideran una forma estupenda de aprovechar el espacio exterior en las viviendas. Las pérgolas bioclimáticas son decorativas y elegantes, a la vez que ofrecen protección frente al calor excesivo, el aire o la lluvia. En pocas palabras: Heroínas de la arquitectura.

Antes las conocíamos de hierro, lona o simplemente de madera, pero en estos años las pérgolas bioclimáticas han adquirido tecnología de la mano de la domótica para dar más funcionalidad y eficiencia. La función principal tiene que ver con la adaptabilidad: Cuentan con un sistema de lamas orientales que protegen los espacios de las inclemencias del tiempo. Si hablamos de precios de pérgolas bioclimáticas, podemos decir que no es un gasto son una inversión, ya que utilizan los recursos naturales para reducir el consumo de energía y, además, suponen de diseños arquitectónicos realmente muy favorables.

Y algo muy importante: estos productos permiten ampliar la superficie habitable sin necesidad de realizar obra. 

Las pérgolas bioclimáticas que nacieron como una solución ideal para terrazas o jardines en hoteles y restaurantes, y rápidamente se han hecho un hueco en las casas particulares.

Los sistemas de arquitectura tradicionales se han valido de las pérgolas como elemento fundamental. Los tipos de estas son tantos que es casi imposible enumerarlos todos. Además, con la implantación de las nuevas tecnologías y el desarrollo de materiales que siguen los principios de la arquitectura bioclimática, el catálogo de opciones no ha dejado de aumentar. Estos nuevos elementos nos ayudan a crear zonas exteriores que se pueden aclimatar a la perfección.

Ventajas de las pérgolas bioclimáticas

Como ya habíamos dicho, las pérgolas bioclimáticas se valen de los recursos naturales para consumir menos energía, además de ser todo un ejemplo de diseño aplicado al cuidado del medio ambiente. La función que cumple esta es la de frenar el calor y cualquier inclemencia del tiempo como si se tratara de una barrera. 

Cuando llega el invierno, las lamas de la pérgola bioclimática se cierran por completo, evitando que el agua o el viento entren. Hasta la nieve no supone ningún problema con estos elementos. Según expertos, no hay ni una sola rendija por la que entre el frío poniendo en los laterales unas cortinas de material sintético, unos cristales o paneles de aluminio. Así se logra lo que los instaladores de aluminio en ciudades como en Barcelona denominan efecto invernadero. Y es que la zona cubierta por la pérgola parecerá un invernadero, en el que se podrá acumular el calor que se produce durante el día y entrará en casa al llegar la noche. 

Y también se puede aprovechar aún más la pérgola, instalando sobre esta paneles solares. De esta manera se reduce la factura de la luz, disfrutando de un espacio confortable y cuidas el medio ambiente.

Pérgolas bioclimáticas

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