Las jaimas y toldos de la hostelería han dejado de formar parte del paisaje urbano de Pamplona. Las terrazas covid cumplieron su misión en los meses más duros para el sector. Sin embargo, en algunos casos han sido sustituidas por veladores y otro tipo de cerramientos con vocación de permanencia, porque los dueños de bares y restaurantes tienen claro que los hábitos han cambiado y las terrazas a resguardo llegaron para quedarse, en primavera, verano, otoño e invierno.

A lo largo de este año, el área de Seguridad Ciudadano ha informado favorablemente a 40 peticiones para la instalación de elementos de protección en terrazas. En concreto, se han autorizado 18 cerramientos (veladores con cubierta), 12 suplementos de calzada y 10 terrazas con toldo de portería y paravientos.

Existen distintas opciones de proteger las terrazas de las inclemencias del tiempos. En general, hay una relación directa entre el coste y el grado de protección. La solución más impermeable es el cerramiento con perfilería y cubierta de aluminio y laterales acristalados o de PVC enrollables. Supone una inversión de unos 25.000-30.000 euros para un espacio de unos 40 metros cuadrados. La Cuchara de Martín, en el Bosquecillo, ha sido una de las últimas en estrenarse. Algo más económico, pero ya no tan estanco frente a la lluvia, es la cubierta con toldo palillero, unos perfiles que - y lona. En ambos, casos se exige proyecto técnico firmado por técnico competente.